Cada vez que un personaje o jugador se convierte en el centro de atención de una escena, “está en el foco” o “tiene el foco”.
El foco se desplaza de forma orgánica alrededor de la mesa conforme se desarrollan las escenas, a menos que un desencadenante mecánico determine a dónde va a continuación. Por ejemplo, cuando un jugador falla una tirada de acción, las mecánicas indican al DM que tome el foco y realice un movimiento de DM.